domingo, 27 de septiembre de 2009

De vuelta en la espiral

Y vuelves a darte de bruces con lo mismo de siempre, con un si, pero no, un continuo cambio que me engulle y me desconcierta, y lo peor es que acabo de acostumbrarme a esas cosas...
Si, ya sabes por quien va, si no lo sabes a lo mejor te pedí demasiado cuando te pedí que pensases un poco las cosas, a lo mejor el error no es siempre mio, a lo mejor esta vez fallaste tu, y no soy tan sumamente inútil.
Pero esta sensación de malestar no se me acaba de ir, no me quiere abandonar, acopló sus garras en el fondo de mi ser, es no tener ganas de nada, no disfrutar de lo mas simple y tampoco lo mas complejo, es ahogar mi alegría cada vez que hay indicio de ella.

Y no se a que atenerme, me siento bastante defraudada, engañada y manipulada, me siento totalmente estúpida y no veo nada bueno en mi, me siento hundida, atrapada, sin manera de ver el rayo de luz, sin poder ver mas allá de la oscuridad, hacia tiempo que no me sentía tan ultrajada, tan... así, y no lo quiero sentir, no lo soporto, no me beneficia en absoluto, lo odio, te odio a ti por crearme esta sensación, porque espere mas de lo que en realidad había, porque en el fondo no sois muy diferentes.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Looking for myself

Y, de repente, te vuelves bueno y maravilloso, atento, detallista, todo lo que te negaste a ser durante nuestro tiempo. Me cuesta tanto creer que seas así, que a mi no me dieses nada y a otra le des todo, cielo, tierra, tu aliento y tu tiempo, ese que tan poco me diste...
Me crispa, me altera, me nubla la vista y ensordece mis oídos, me hace preguntarme el tipo de persona que soy que tan poco merecí de tu atención durante año y medio, me hace sentir inferior, menos que nada, una simple mota de polvo que puede pasar totalmente desapercibida y en la que no merece la pena fijarse.
Me siento esa persona que siempre estuvo ahí, que lo dio todo por nada, que removió cielo y tierra por ver a alguien que ni siquiera necesitaba de ella, me siento estúpida, anónima y poco valorada, siento que me has pisado, y que yo muy amablemente me he tumbado ante ti para que me pises, para que quedes por encima.
Y ahora, ¿qué vale todo esto? ¿qué valen todos mis argumentos, razones? nada, como siempre todo lo que yo alegue se devaluó hace tiempo, cuando yo me tendí ante ti con una confianza ciega, cuando me rendí a tus pies confiando en que serías digno de ello.
Sigo buscándome a mi misma en este caos de sensaciones que cada día cambian, albergo aun tantas en mi interior que merecen ser descubiertas, sin embargo, ¿por qué aun me siento mal, como si fuese la mala de esta historia, como si fuese yo la que lo mando todo al garete?

Ojala fuese fácil encontrarme, ojala la ayuda sirviese de algo, ojala no fuese tan sumamente estúpida.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Caricias














Y de repente un escalofrío recorrió, a la par que tu dedo índice, el largo de mi espalda desnuda para acabar en mi cuello con un beso como broche final.
Por fin te sentía a mi lado, haciéndole creer que no te separarías de mi ni un instante.
Tus besos embriagaban mis sentidos y anulaban mis, ya de por si, escasas defensas.
Sin embargo un capricho del destino quiso que, por un solo instante, parases bruscamente tus caricias, incorporándote lentamente te levantaste y te marchaste de mi acogedora cama sin mediar palabra. ¿Por qué? Me preguntaba yo entonces, era suya, sin barreras, temores, defensas o impedimento alguno.
Entonces comprendí que había estado muy cerca de quedar anulada, y que gracias a eso, a que sin previo aviso interrumpieses tus caricias, no volvería a mostrarme débil con nadie, pues como tú, su afecto podría cesar de un momento a otro y dejarme totalmente desarmada y descompuesta.

Calor de nuevo

Volví a sentir el calor del sol en mi cara,¿cuantas veces hasta entonces me habría perdido el placer de disfrutarlo? Muchas, seguro, hasta ese momento había vivido en una burbuja confortable, pero irreal y poco duradera, yo sola me había creado mi cómoda prisión , poco a poco y sin darme cuenta, o eso quiero creer.
¿Y por qué, si cada día me irritas más, sigo llamando? Se que ya no te echo tanto de menos como antes, el hábito hace al monje, dicen. Sin embargo, creo que lo que necesito son mimos, cariño, cosas que la gente no está acostumbrada a darme, y por ahora eres el único que lo hizo. Supongo que sin nadie que me anime o me de cariño y mimos me es muy difícil desengancharme de ti.